La editorial

A principios del siglo XX, el ilustrador Ralph Chaplin, militante del sindicato Industrial Workers of the World (IWW), diseñó al personaje del “Sab-Kitty” como recurso gráfico de sus campañas contra la represión de patronos y policía, que empezaron a volverse más combativas a partir de 1917, con la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.

“Sabo-Tabby” se convirtió en la palabra en clave para ‘sabotaje’, es decir, bajar la productividad como medio de presión para conseguir mejoras laborales. Se trata de un juego de palabras con ‘sabot’ (de los zuecos que los obreros franceses emplearon en la temprana Revolución Industrial para atrancar las máquinas) y ‘sab-cat’ (los gatos callejeros que tan “mala suerte” daban en el imaginario popular).

Se dice que fue en una de esas huelgas en que los trabajadores “enseñaron el gatito al jefe” donde Chaplin se inspiró para crear la mítica mascota de los wobblies: cuando los ánimos estaban por los suelos, apareció un gato enfermo y hambriento que, gracias a los cuidados de todo el grupo, acabó recuperándose y levantando la moral de los huelguistas, quienes aguantaron hasta ver aprobadas sus peticiones.

Hoy más que nunca, creemos que hacen falta libros que cuenten una historia pública, popular e inclusiva, lejos de las “gloriosas” hazañas bélicas y “grandes” hombres blancos que copan el panorama editorial patrio. Porque LA HISTORIA ES NUESTRA, de TODAS: ¿nos acompañáis?

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